Web3 es uno de los temas más candentes del momento. Es el futuro de Internet, impulsado por blockchains, criptomonedas e inteligencia artificial. Ofrece muchas oportunidades, pero también amenazas. Este artículo es una guía para principiantes sobre el fascinante mundo de Web3.
Web3 – El futuro de Internet
Seguro que ha oído muchas veces la palabra de moda “Web3”, pero ¿qué significa realmente? En pocas palabras, es la transición de una Internet centralizada a una Internet descentralizada. Web3 se refiere a la infraestructura, aplicaciones, negocios y medios sociales de la futura Internet.
Hoy, miles de millones de personas están conectadas a Internet gracias a servicios centralizados y a una infraestructura de red estable. La World Wide Web tal como la conocemos hoy ha creado costes ocultos: unas pocas megacorporaciones controlan la mayor parte del tráfico de Internet y, sobre todo, los datos. Estas empresas deciden unilateralmente la dirección y las normas de los servicios de Internet. Ellos deciden lo que está permitido y lo que no.
Las mayores plataformas de medios sociales representan la segunda generación de Internet – Web2. Han permitido a los usuarios compartir libremente sus vidas e ideas en todo el mundo. Hoy parece obvio, pero hace 10-15 años era cualquier cosa menos eso. Y lo mejor de todo, ¡las redes sociales son gratis! O eso creíamos. Puede que no cueste dinero utilizar las redes sociales, pero el precio que se paga es mucho mayor: la privacidad.
Hace poco que hemos empezado a comprender las amenazas del monopolio de los datos y el RGPD es sólo un ejemplo de la reacción. Pero la respuesta al problema no está en manos de los legisladores, sino en la infraestructura que se emplea a diario. Por eso es necesaria la Web3. Este concepto se basa en la descentralización, lo que significa que ninguna organización la posee o controla. Es propiedad de sus usuarios.
Pero antes de profundizar en Web3, examinemos brevemente cómo hemos llegado hasta aquí.
Qué es Web1 vs Web2 vs Web3
Internet es una tecnología que evoluciona constantemente gracias a la innovación. Podemos dividir la historia de Internet en tres fases. Las transiciones no se han producido de la noche a la mañana, por lo que es difícil ponerles una fecha precisa. Sin embargo, podemos distinguir claramente entre estas etapas.
¿Qué es Web1?
Web1 1990-2005 fue la primera generación de Internet. Ofrecía a los usuarios una experiencia estática y la posibilidad de leer contenidos. En aquella época, no se podían crear sitios web tan ricos en contenidos como los que existen hoy en día. Básicamente, unas pocas personas creaban sitios web y contenidos. Web1 permitió a grandes grupos acceder a toda esta información.
Aunque se trataba de una versión de solo lectura de Internet, ayudó a personas de todo el mundo a ver el potencial de la digitalización. Si hubiera una palabra para describir Web1, sería “leer”.
¿Qué es Web2?
Web2 2005-2020 fue el comienzo de la era de los medios sociales. Web2 nos unió en Internet a través de timelines, feeds, redes sociales y vastos ecosistemas digitales. Web2 nos dio el poder de crear contenidos. En otras palabras, nos dio la capacidad de escribir.
La mayoría de los sitios web actuales, como las plataformas de redes sociales y las tiendas online, pertenecen a la categoría Web2. Esta versión de Internet es la infraestructura que está detrás del fenómeno que hoy se conoce como economía de los creadores, que permitió a todo el mundo crear ingentes cantidades de contenidos para una audiencia cada vez mayor. Se trataba de la experiencia del usuario, las comunidades, la colaboración y los medios sociales.
Web2 es una de las mayores innovaciones digitales del mundo. Por desgracia, el coste fue el control centralizado.
¿Qué es Web3?
Ahora que hemos cubierto brevemente la historia de Internet, podemos seguir adelante. Ahora tenemos “leer” y “escribir”: ¿ve lo que buscamos? Algo sigue faltando en el panorama general. Aquí es donde interviene Web3.
Esta nueva versión trata de darnos el control de nuestros datos personales. Descentraliza la Internet centralizada. Esto significa mundos virtuales, identidades digitales, medios de intercambio nativos de Internet (criptomonedas) y economías digitales abiertas. Y adivine qué impulsa todo esto. Ha acertado: las cadenas de bloques o blockchains.
La primera mención conocida de Web3 fue en la entrada del blog “Insights into a Modern World” del fundador de Ethereum, Gavin Wood, en 2014. Escribió que Web3 es una nueva iteración distribuida de Internet, impulsada por la tecnología blockchain.
El término fue introducido en el mainstream por el conocido inversor y defensor de las criptomonedas Packy McCormick, que definió Web3 como “una Internet propiedad de constructores y usuarios y controlada por tokens“.
¿Por qué es importante Web3?
Web3 es la próxima generación de tecnología de Internet. Se basa en el aprendizaje automático, la inteligencia artificial y la tecnología blockchain. En resumen, ofrece a los usuarios un mayor control sobre sus datos y su identidad digital.
Si realmente queremos entender por qué Web3 es importante, tenemos que analizar los problemas causados por Web2, es decir, por qué la centralización es una mala idea.
Los problemas de Web2
Hoy en día, las identidades digitales de las personas suelen construirse sobre plataformas centralizadas como Facebook, Twitter y Google. Esto significa simplemente que estas empresas también controlan sus datos y sus identidades.
La idea de que unas pocas organizaciones controlen los datos personales de miles de millones de personas es aterradora. Y ya se han visto sus consecuencias muchas veces a lo largo de los años. El año pasado se filtraron los números de teléfono y datos personales de más de 500 millones de personas en una brecha de seguridad de Facebook.
Si el servicio central se cae o es pirateado, los datos personales de muchos usuarios podrían verse comprometidos.
Y no se trata sólo de la amenaza de la piratería informática. Otro problema es que solo unas pocas empresas pueden establecer las normas, y cambiarlas. TikTok, la plataforma china de redes sociales popular entre la Generación Z en particular, actualizó su política de privacidad en 2021. La actualización les otorgaba el derecho a recopilar los datos biométricos de los usuarios.
Naturalmente, esto causó una tormenta en las redes sociales. Hace poco, el famoso presentador de podcasts estadounidense Joe Rogan afirmó que las condiciones del servicio eran una “locura” y dijo que TikTok era una forma de que el gobierno chino recopilara información privada de los usuarios. Funcionarios del gobierno estadounidense creen que TikTok espía a estadounidenses y han pedido a Apple y Google que retiren la aplicación de sus tiendas de aplicaciones.
Las plataformas centralizadas no sólo son una amenaza para los ciudadanos de a pie, sino también para las empresas. Las redes sociales, el SEO y la publicidad digital están en el centro del negocio de muchas empresas. El hecho de que las plataformas puedan cambiar repentinamente las reglas del juego supone un grave riesgo para los usuarios.
Economía creativa
Cuando observamos cómo operan los gigantes actuales de Internet, como Google, Facebook, Twitter, Uber o Airbnb, vemos que todos tienen algo en común. Todas se basan en el valor creado por sus usuarios. En los últimos 20 años, la economía se ha alejado de un modelo en el que los grandes actores se encargan de reunir recursos y prestar servicios a un gran grupo de consumidores.
El problema del modelo tradicional es que, en la mayoría de los casos, el valor creado por un conjunto de usuarios en una plataforma no se distribuye equitativamente entre quienes han contribuido a la creación de valor. Los ingresos van a parar a los propietarios de las plataformas. Se añade todo tipo de valor a los servicios de las redes sociales en forma de textos, imágenes, reseñas y comparticiones, pero no se recibe nada a cambio. El usuario está acostumbrado a ceder gratuitamente a los servicios todos susvaliosos datos a cambio de un acceso “libre”.
Así que renunciamos sin compensación a nuestros datos, que valen dinero y por los que se nos debería compensar, no sólo por el derecho a utilizar el servicio.
Web3 y la tecnología blockchain que la sustenta cambiarán los modelos de negocio y la lógica de monetización para satisfacer las demandas de la Internet del futuro. Al mismo tiempo, surgirán oportunidades tanto para los nuevos como para los veteranos.
¿Cómo funciona Web3?
Web2 significa que los datos se almacenan en bases de datos gestionadas por empresas y organizaciones centralizadas. En la Web3, los datos residen en una cadena de bloques. En cierto sentido, los usuarios tienen su propia caja fuerte en Internet.
Sus claves digitales le permiten almacenar sus activos digitales. Por tanto, la propiedad puede construirse sobre Internet. Las criptomonedas pueden vincularse a activos físicos, lo que reduce la necesidad de terceros. En la Web3 no hacen falta intermediarios ni terceros.
Por ejemplo, un artista ya no tendría que dejar que Spotify gestionara su música, ni tendría que subir sus archivos a la base de datos de Spotify.
Web3 adopta muchas formas, como redes sociales descentralizadas, juegos de “jugar para ganar” (play-to-earn) que incentivan a los jugadores mediante criptomonedas. O plataformas NFT que permiten a la gente comprar y vender arte o cultura digital. Web3 transforma Internet en una economía digital donde cualquiera puede comprar y vender directamente a su público sin intermediarios.
¿Qué significa Web3 para los internautas?
Web3 puede sustituir en el futuro las plataformas centralizadas por sistemas de red descentralizados gestionados por comunidades y no por empresas. Web3 combina la infraestructura abierta de Web1 con la participación pública de Web2. Un Internet basado en blockchain podría mejorar la web actual de muchas maneras.
Incentivos para los proveedores de contenidos
Las plataformas Web3 pueden ofrecer a los proveedores de contenidos nuevas formas de comercializar sus actividades y contribuciones en la plataforma. Se trata de una característica de la que carecen las plataformas existentes.
Facebook, por ejemplo, gana dinero recopilando datos de los usuarios y utilizándolos para vender anuncios hiperdirigidos. La versión Web3 de Facebook permitiría a los usuarios monetizar sus propios datos o ganar propinas de otros usuarios como recompensa por crear contenidos valiosos e interesantes.
En Spotify, por ejemplo, se podría permitir a los fans comprar “acciones” de los próximos artistas y convertirse en sus patrocinadores directos. El inversor podría recibir un porcentaje de los ingresos por streaming del artista a cambio de su inversión.
Democracia
La mayoría de las plataformas Web2 son propiedad de organizaciones individuales, es decir, están centralizadas. Esto significa que son autocráticos, capaces de confiscar nombres de usuario, cerrar cuentas o cambiar sus normas sin previo aviso.
Las plataformas Web3 pueden gestionarse democráticamente. Una red social basada en blockchain podría poner en marcha tokens de gobernanza que darían a los usuarios derecho a voto. Los usuarios podían votar sobre decisiones importantes relativas a cambios en la plataforma. Al fin y al cabo, son los usuarios quienes deciden si una plataforma tiene éxito o fracasa.
Más privacidad
Web3 podría depender menos de los modelos de negocio basados en la publicidad. Menos rastreo y publicidad selectiva significaría más privacidad para los usuarios. Ninguna empresa grande recopilaría y utilizaría datos personales de forma perjudicial. No obstante, cabe señalar que Web3 se comercializará. La publicidad es una industria que mueve miles de millones de euros y muchas empresas han construido su negocio sobre ella. Esto significa que si Web3 no permite publicidad, debe tener una alternativa aún mejor. Sin embargo, este escenario todavía no existe plenamente.
Web3 se enfrenta a las críticas
Como puede imaginarse, Web3 se enfrenta a muchas críticas y resistencia al cambio. Puede que a algunos simplemente les asuste o no entiendan la tecnología, pero algunos críticos tienen buenos argumentos. Hay mucho bombo, marketing y FOMO en torno a Web3. No es de extrañar que algunos se muestren reticentes y escépticos.
Algunos críticos creen que Web3 es solo un intento de renombrar las criptomonedas con la esperanza de que la gente crea que blockchain es el siguiente paso natural para Internet. Algunos creen que Web3 es una visión distópica de una Internet de pago, donde cada acción e interacción social es un instrumento de inversión que se compra y se vende.
Para algunos, Web3 representa un mundo descentralizado, en el que todos tenemos una especie de cuadro de mando de reputación de acontecimientos, trabajos y proyectos de nuestro pasado. Nuestros datos serían esencialmente un registro de nuestras vidas online y, gracias a las cadenas de bloques, se conservarían para siempre. Los empresarios podrían consultarlas y tomar decisiones basadas en nuestro historial. Eso suena como una descripción realmente aterradora tipo Black Mirror de nuestras vidas futuras.
El ex CEO de Twitter Jack Dorsey ha criticado abiertamente Web3, diciendo que es una “entidad centralizada con un nombre diferente” e insinuando que Web3 no sería propiedad de los usuarios, sino de empresas de capital privado.
Algunos escépticos también piensan que Web3 no tiene sentido desde un punto de vista técnico. Argumentan que las cadenas de bloques son mucho más lentas y menos capaces que las bases de datos normales. Argumentan que las cadenas de bloques no serían capaces de manejar la cantidad de datos que Uber, Facebook o YouTube utilizan cada día. El principal argumento aquí es que construir servicios centralizados sobre redes distribuidas destruiría toda la idea de Web3.
Ejemplos de aplicaciones Web3
Aunque la mayoría de los sitios web actuales se basan en Web2, existen aplicaciones Web3 de éxito.
Axie Infinity
Axie Infinity es un videojuego basado en blockchain que permite ganar criptomonedas y comprar objetos del juego como NFT. Los jugadores son recompensados con dinero real por sus progresos en el juego. También pueden acumular y poseer terrenos virtuales en forma de NFT. Axie es uno de los juegos play-to-earn de más éxito que existen y ya cuenta con millones de jugadores en todo el mundo. Algunos jugadores incluso se ganan la vida jugando a tiempo completo.
Helium
Helium es una red inalámbrica crowdsourced basada en criptomonedas. Los usuarios pueden inscribirse para compartir su ancho de banda desde la red Wi-Fi de su casa u oficina utilizando Helium. Tienen un dispositivo que pueden conectar a un ordenador o a un router. A cambio, los usuarios son recompensados con fichas Helium cuando los dispositivos cercanos utilizan su ancho de banda compartido.
Conclusión
La mayoría de los temas relacionados con Web3 son aún teóricos y pretenden estimular ideas o mostrar las posibilidades de la futura Internet.
La razón por la que hoy se ve el término en todas partes es por la cantidad de capital, habilidades y energía que fluye hacia el sector, centrado en las startups de criptomonedas y blockchain. The New York Times estima que los capitalistas de riesgo invertirán casi 30.000 millones de dólares en proyectos de criptomonedas solo en 2021, y gran parte de este capital se destinará a proyectos Web3. Hay miles de contrataciones en marcha en Web3: las empresas intentan atraer a los mejores talentos con ofertas ridículamente altas. Y luego, por supuesto, está el bombo.
La Web3 puede parecer un poco desalentadora, pero tiene tiempo de sobra para explorarla antes de que irrumpa con fuerza. Web3 tiene sus pros y sus contras, pero una cosa es cierta. Seguirá oyendo mucho este término en el futuro.
Web3 – Preguntas frecuentes
¿Existe relación entre Web3 y el metaverso?
El metaverso es un mundo digital inmersivo donde los usuarios pueden socializar, jugar, asistir a reuniones y colaborar. Desarrollar el metaverso es algo que quiere hacer Facebook, por eso la empresa cambió su nombre por Meta. Web3 trata del metaverso y viceversa. El futuro del metaverso es descentralizado, es decir, no está dirigido por ninguna organización. Por eso se han criticado las intenciones de Meta de desarrollar un metaverso, ya que su mundo virtual estaría probablemente centralizado. Las criptomonedas y los NFT forman parte del metaverso, por ejemplo en forma de moneda y de bienes inmuebles digitales.
¿Cuáles son los problemas de Web3?
Web3 es un campo nuevo e innovador, por lo que aún existen muchos retos. La falta de una experiencia de usuario adecuada, el pirateo de plataformas, la falta de regulación y el software de suplantación de identidad son solo la punta del iceberg. Lo mejor y lo peor de Web3 es que usted es el propietario absoluto de sus propios datos. Existen riesgos y responsabilidades. Usted es responsable de proteger sus datos. Y no siempre es fácil, porque Web3 es como el salvaje Oeste, lleno de actores que quieren aprovecharse de los demás de una forma ilícita por ejemplo mediante fraudes.
Por el lado positivo, estos problemas son bien conocidos y la comunidad se esfuerza por resolverlos.
Este texto se publicó originalmente en Bittiraha el 17 de agosto.